4 sept 2009

Biodegradable y biodesagradable

Vengo de pasar unos días en Asturias, de comer fabes, beber sidra, respirar aire limpio y bañarme en agüita fresca. Aún en este entorno tan favorable para la paz y la alegría, como reza un azulejo recuerdo de nosedonde que hay en un bar de mi barrio, hay personas que te joden el día.


No comprendo qué puede pasar por la cabeza de una persona que pasea por los Lagos de Covadonga cuando decide tirar la colilla del cigarro que se está fumando al suelo. No entiendo en qué está pensando un individuo que termina su bolsa de patatas mientras sube a Bulnes y la tira a las zarzas. Y no me cabe en la cabeza que a nadie se le pueda ocurrir tirar su botella de agua vacía al hilillo de agua que baja junto a él camino de la playa de Andrín.


En fin, esto demuestra que los tontos llegan a cualquier parte y que EJECUTOR no puede permitirse el lujo de tener vacaciones pues hay mucho descerebrado que necesita trepanación.


Salud y rocanrol.

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